domingo, 22 de diciembre de 2013

Abortismo furioso


El artículo de hoy no pretende convencer a ningún abortista, aunque le gustaría. Pero mi ingente ingenuidad no llega a tanto. Se contentaría con convencer a que se uniese a nuestra celebración a medias y por todo lo alto a alguien tan celebrativo de por sí como nuestro amigo Gonzalo García Yangüela. ¿Fácil? En absoluto. Y eso que yo estoy desde ya y desde antes dispuesto a sumarme a su lucha incesante contra el aborto, que sigue por todo lo alto y aún mucho menos que a medias. 


3 comentarios:

  1. Este comentario tampoco pretende convencer a nadie; sé lo inútil que es, y discrepar alguna vez sin insultar a nadie ha tenido como resultado que algunos de los "nada furiosos" partidarios de la prohibición total me hayan llamado, desde nazi hasta asesino, unas cuantas amenidades. Pero

    1) Es falso que los partidarios de una legislación que permita la posibilidad de abortar con garantías (no "abortistas" o "partidarios del aborto", cosa absolutamente distinta) sean más "furiosos" que los contrarios. Y podría poner docenas de ejemplos. En ambas partes hay gente razonable y gente que lo es bastante menos, o no lo es en absoluto.

    2), y más importante: en esa Europa a la que queremos pertenecer es ahora España, con esta legislación, me parece que el cuarto o quinto país más restrictivo. Todos aquellos que suelen ponerse como ejemplo cuando hablamos de esa Europa a que nos gustaría parecernos (Francia, Alemania, Inglaterra, Suiza, Holanda, los países nórdicos, etcétera) tienen al respecto legislaciones menos restrictivas, como puede verse aquí: http://www.huffingtonpost.es/2013/12/21/aborto-europa_n_4484325.html?utm_hp_ref=spain

    Ahora bien, en todos esos países hay gente que se opone a cualquier posibilidad de aborto legal. Y, sin embargo, conviven con quienes piensan de otro modo sin demonizarlos, sin pensar que todos son "nazis" o "criminales". Saben, y (salvo raras excepciones) aceptan, que una cosa son las convicciones personales y otra la convivencia de todos; y que en ésta no podemos pretender imponer a toda costa nuestros personales convencimientos, porque quienes conviven con nosotros tienen el mismo derecho a que sean respetados los suyos. En otras palabras, saben convivir con quienes tienen ideas muy distintas, y hasta enteramente contrarias, a las suyas, sin demonizarlos por eso.

    Me temo que aquí, seguramente por falta de hábitos democráticos (y ya iría siendo hora, después de más de 30 años), eso está muy lejos de ser cierto, y el cainismo y la certeza de que sólo nuestras propias convicciones tienen que tener espacio público, y las otras no merecen más que prohibiciones, insultos y desprecio, sigue demasiado vigente. NO QUEREMOS aceptar a quien no piense como nosotros; no queremos convivir con él; sólo aceptamos silenciarlo o anularlo.

    Yo, que soy partidario de una regulación legal del aborto, no se verá que insulte o descalifique a nadie porque piense de otro modo. Y si alguna vez lo hiciera, desde ahora mismo pido perdón y retiro lo que haga falta. Yo soy español, y quiero convivir, en España, con gente de ideas iguales o distintas, como ocurre en Francia, Inglaterra o Suecia. Pero me temo que hay todavía demasiada gente que no quiere, no puede o no sabe hacer eso. Triste cosa, muy triste.

    Hay afortunadamente, desde todas las posturas (al final pongo otro enlace), quien sí comprende esto, que debería ser cosa de convivencia puramente elemental, como lo es en tantos ejemplos europeos. Pero me temo que, por desgracia para todos, quienes así pensamos seamos sólo una minoría. http://blogs.elpais.com/cuestion-de-fe/2013/12/aborto-conflictivo-etica.html#more

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  2. Tampoco trato de convencer a nadie, pero defiendo la vida desde el primer momento de su concepción hasta la muerte natural.

    Me parece un fracaso de la sociedad actual que el aborto se conciba como derecho. Despojamos a la vida del nasciturus de derechos porque no puede reclamarlos. Hablamos de más de cien mil vidas sesgadas al año en España (el 20% de los embarazos totales). Se ha terminado aceptando como un método "anticonceptivo" más, y no podemos olvidar que la concepción de una nueva vida, distinta y única, ya se produjo.

    Lo que debería hacer el Gobierno es destinar más medios para ayudar a las mujeres que, normalmente solas, se encuentran en la encrucijada de tener que decidir entre seguir con su embarazo o no. Claro que hay situaciones límite y casos especiales en que con un embarazo a uno se le viene el mundo encima, pero jamás la solución puede ser la muerte de un inocente.

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  3. Querido Enrique,

    No veo hasta ahora, a la vuelta de casi dos meses, esta mención o invitación.

    No sabría muy bien por dónde empezar a responderte, aunque creo que tampoco hará falta mucho. Simplemente decirte que sabes perfectamente que me uniría gustoso a cualquier celebración, a medias o tercias, que hubiéramos de hacer en este sentido. Lo malo es que sigo sin encontrar ni las medias, ni las tercias ni las quintas.

    Sí es curioso y puedo llegar a entender el impulso de muchos de posicionarse en media celebración o defensa por la reacción de la chusma promuerte. Pero ahí hay que coger mucho aire y pensar mucho en cómo actuar, pues nunca fue fácil estar en medio de la batalla y tener que usar una espada en cada mano para combatir a cada bando.

    Un abrazo.

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