lunes, 27 de junio de 2011

España es un páramo intelectual

En las dos líneas que ocupo en el monumental reportaje de Peyró me caben dos honores: 1) estar y 2) ser el único que da una nota positiva sobre la cultura de España.

Teniendo en cuenta el prestigio de la protesta indignada y, en este caso, sus más razones que un santo, me pregunto por qué seré tan cándido. Y se me ocurren varias excusas:
1- La poesía mala no existe, porque si mala no es poesía (Excusa ontológica).
2- A un poeta, que el mercado esté mal o el público no eche cuenta, no le importa porque él no existe por principio ni para el mercado ni para el público (Excusa de la reciprocidad).
3-Lo que digo es verdad. Qué interesante recepciones en estos últimos años las de la poesía de Europa del Este y, mucho más al este, de la poesía japonesa y china. Y también lo que dije y no se recoge: la consolidación de un canon de poesía española y de un continuum que arranca en Bécquer y se puede seguir, de maravilla en maravilla, hasta hoy mismo. (No es excusa, sino orgullo)
y 4- También me quejé de los suplementos y de la crítica y del afán de descubrir una novedad cada temporada, pero eso Peyró, para no borrarme la sonrisa, tuvo a bien no recogérmelo. (Excusa del género entrevista)

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